-LOS DEMÁS NO SABEN LO QUE TU SABES-
Me encanta lo que hizo David cuando se enfrentó a Goliat. Durante años y años había mantenido la fe. Ahora podía presentir que habría un cambio en el viento, aunque Goliat era dos o tres veces más grande que él. Quienes dudaban intentaban disuadirlo, "David, no tienes la menor posibilidad de lograrlo. Te va a herir". Lo que pasa es que los otros no escuchaban los vientos. No podían sentir lo que él sentía.
Cuando uno sabe que es su momento, no se debe dejar disuadir. He visto a algunos que permanecen inactivos durante veinte años, permitiendo que los demás los desanimen y los convenzan de no perseguir sus sueños. "¿Realmente crees que puedes lograrlo? Yo no sé si tendrás lo que se requiere".
No, los demás no saben lo que tú sabes. No saben de lo que eres capaz porque Dios no les dio a ellos ese sueño; Él te lo dio a ti.
Cuando oyes que sopla el viento, al igual que la pequeña langosta, debes decir, "Éste es mi momento". Si entras en el torrente de Dios, te sorprenderá hasta dónde podrás llegar. Cuando el aliento de Dios sopla en la dirección que tú vas, las cosas salen con una facilidad sobenatural. Lograrás cosas tan asombrosas que te harán mirar atrás y decir, "Esa tuvo que haber sido la mano de Dios. Yo no soy tan inteligente. ¡No tengo tanto talento!" (Ez. 36:25-32).
http://www.escosadejovenes.com/2011/11/los-demas-no-saben-lo-que-tu-sabes.html